lunes, 4 de junio de 2012

ACACIA AMARILLA
(Cassia siamea)

                                                            Dr. Arcenio Estévez Medina, M. D., N.D., M.H.
   Este árbol de la familia de las Leguminosas, puede crecer hasta 8 metros de altura, tiene muchas ramas con hojas oblongas y flores amarillas en racimos tan abundantes que le dan ese color a la planta.  Esto la hace una especie buena en cuanto a la producción de néctar para las abejas elaborar miel.  Se ha descubierto que el néctar de la acacia es utilizado por unas hormigas llamadas mieleras en la fabricación de miel de un sabor dulce muy intenso.  El origen de la planta se atribuye a La India.  Se reproduce por semilla y es de un crecimiento muy rápido.  
   Los frutos, son vainas finas, negras y largas, llenas de semillas, son comidos por los animales.  Es una planta fijadora de nitrógeno, un gas imprescindible para la producción de proteína por parte de cualquier vegetal. 

USOS

El fruto comido o en jugo es utilizado como laxante.  Sin embargo, no se debe consumir debido a que se ha reportado toxicidad al ingerirlo los animales.
   Las flores son tomadas en infusión, que se prepara con dos cucharaditas en una taza de agua hirviendo, para la gripe. También se hace un jarabe con esta preparación bien dulce y se le agrega un diez por ciento de alcohol etílico.  En este caso se toma una cucharada tres veces al día para los adultos y una cucharadita en los niños.
   Las hojas también son usadas en decocción para cálculos renales e insomnio.  Se toma una taza tres veces al día para cualquiera de estos problemas de salud.
   Tanto las flores como las hojas son utilizadas en el reflujo gastroesofágico –llamado “jervedero” en lenguaje popular- y en los dolores cólicos intestinales.
   Del tronco se produce madera, leña y carbón, aunque al quemarse genera una gran cantidad de humo.  Lo que hace un poco difícil su utilización como fuente energética.   También se obtienen taninos de la corteza y en algunos lugares se elabora papel de ella.
   Un uso muy popular en poblaciones muy densas, como en ciudades importantes de la India es para disminuir la contaminación ambiental y amortiguar el calentamiento global.  En ese país, que solo es superado por China en cantidad de habitantes, la acacia está en grandes avenidas porque absorbe el dióxido de carbono (CO2) y el monóxido de carbono, eliminado por los mufflers de los automóviles.  Se afirma que utilizando agua y la energía solar mediante el proceso de la fotosíntesis, la planta, produce carbohidratos para dar sus frutos.  Esta es una función normal de todas las plantas que tienen clorofila, pero la acacia lo hace en una proporción mayor que muchas otras, disminuyendo además, el mal olor propio del aire contaminado.  Esto quedó demostrado en una investigación realizada en Patna Junction, India.
   Por otro lado, en Tailandia se venden cápsulas hechas con órganos extraídos de esta planta que son recomendadas para ayudar en problemas de deficiencia de glóbulos rojos y niveles bajos de hemoglobina y hematocrito.  También se venden en ese país bolsitas elaboradas con las hojas de este árbol, comercialmente aprobadas para el estreñimiento, estrés, insomnio y tensión nerviosa.  Sin embargo, no se aconseja tomarlas por más de catorce días.          

SUSTANCIAS ACTIVAS

   En estudios se ha identificado en la acacia amarilla apigenina, cassiamina, siamina y cassiarinas.
   Está demostrada la acción farmacológica de esta planta contra el Proteus vulgaris, antimalaria.  También se ha encontrado acción somnífera, analgésica, relajante muscular, diurética y ansiolítica.  Ayuda en el proceso de reparación del hígado que sigue a una hepatitis aguda.
   Una investigación realizada por la facultad de farmacia de la universidad japonesa de Hoshi y publicada por la Sociedad Química Americana, ofrece los resultados beneficiosos del efecto antioxidante y desintoxicante para el hígado que tiene el extracto de las flores de esta planta.
   Varios estudios han comprobado las cassiarinas, unos alcaloides de esta planta que tienen acción contra el plasmodium, el microbio que produce el paludismo.  Esta sustancia está en mayor concentración en la decocción de la corteza del árbol.   Esta decocción se usa también para bañar a los niños con escabiosis, conocida en lenguaje común como sarna y arador, una enfermedad de la piel producida por un parásito externo, llamado Sarcoptes scabiei, que se manifiesta con mucha comezón y se transmite por contacto directo. 
   El barakol es un extracto purificado de la acacia que se recomienda como laxante.  Se plantea que actúa estimulando nervios de la submucosa del colon, según una investigación de la Facultad de Farmacia de la Universidad Mahidol de Tailandia.

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